Nuestra propuesta de esta semana va dedicada a los amantes del silencio. A los que piensan en cambiar la conexión wifi por conexión con la naturaleza. En definitiva, a los que van a contactar con ellos mismos. A vosotros, os hemos preparado un fin de semana en un lugar apartado en el Parque Natural del Peñagolosa.
Allí, rodeado de naturaleza, os espera Mar de la Carrasca, una antigua masía original de principio de siglo reconstruida al más puro estilo arquitectónico tradicional, siguiendo la línea de las masías rurales de la zona, siempre respetando el medio ambiente con productos naturales. Si vais en pareja, en Temps hemos escogido para vosotros “El barco”. Esta casa independiente para dos os permitirá gozar de vuestra intimidad y de la naturaleza de vuestro alrededor, ya que se han preocupado de poner grandes ventanales que permitan la entrada de luz natural y tener preciosas vistas al bosque. Aquí os quitaréis los relojes y os olvidaréis, al menos durante este fin de semana, de vuestras preocupaciones. Por la mañana, os recomendamos una clase de yoga bien temprano respirando hondo el aire fresco matutino y limpio.
Más tarde, una vez hayáis desayunado, es hora de hacer senderismo y recorrer el valle. Escuchad el silencio, caminad junto a cursos de agua guiándoos por su sonido, refrescaos en él, abrazad un árbol…fundíos en la naturaleza y desconectad, sobre todo, desconectad. El pueblo, Villahermosa del río está a unos veinte minutos en coche de la masía. Si decidís hacerle una visita tiene propuestas interesantes. Tenéis la oportunidad de uniros a una ruta al barranco de la hoz, por ejemplo, visitar la piscifactoría, ir hasta la ermita en la que se encuentra una pintura mural del S. XV o simplemente buscar un horno tradicional y almorzar mientras os perdéis por sus calles.
Alrededor de Villahermosa del río encontraréis pueblecitos realmente entrañables. Pero si sois de lo más curiosos, a escasos 20 minutos de vuestro alojamiento se encuentra el pueblo abandonado de Bibioj. Esta aldea llegó a tener 37 casas y una escuela, la cual os encontraréis de cara nada más llegar. Como curiosidad, no encontraréis una iglesia, lo que hace que este pueblo sea de las pocas poblaciones de España que no contaba con una. A sus saqueos constantes durante la guerra civil, se sumó que no contaban con elementos básicos como electricidad, luz o agua corriente, lo que provocó que se fuera despoblando progresivamente.
A vuestra vuelta a la normalidad, Temps os invita a exprimir las últimas horas del domingo yendo a comer a una hora y media de allí, dirección Vall d’ Uixó, concretamente hasta el Restaurante de Mar de Fulles. Aquí vuestro fin de semana terminará por todo lo alto, siguiendo con vuestro viaje “slow”, ahora toca que os deleitéis con la más saludable alimentación con productos de su huerto ecológico mientras admiráis las vistas a las montañas a través de sus grandes ventanales. Todo esto lo podréis maridar con una original carta de vinos a través de la que seréis guiados por su sumiller.
Tras este tiempo que habréis pasado sin relojes ni conexiones, volveréis a casa renovados y con las pilas cargadas, con recuerdos de bosques, paisajes y pueblos de montaña a los que recurriréis en los momentos de estrés.
Y es que hay lugares en los que uno se queda, y lugares que quedan en uno.